miércoles, 14 de octubre de 2015

La mamá no debe comer por dos

Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Nueva Gales del Sur, (UNSW, por sus siglas en inglés) ratifica que si estás en embarazo no puedes utilizar como excusa tu estado para darle vía libre al consumo de ciertas exquisiteces alimenticias, como dulces, helados, galletas y en general comida en exceso.
Según el estudio australiano, las embarazadas conservan energía adicional y extraen más calorías de los alimentos sin tener que ingerir más, lo que contradice la creencia de que las gestantes deben "comer por dos".
Aunque estar embarazada implica subir de peso por el bebé que está en formación, no significa que durante esta etapa sea necesario comer por dos, por tres o por los que vengan en camino.
El líder de esta investigación, Tony O'Sullivan, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, dijo que: "estos hallazgos sugieren la necesidad de hacer una nueva evaluación a los consejos nutricionales que se dan a las mujeres embarazadas".
El experto también remarcó la necesidad de tener una dieta equilibrada y recomendó evaluar las recomendaciones que se dan a las madres gestantes para que ingieran alimentos energéticos, según un comunicado de la Universidad.
En la investigación se analizó el aumento de peso, la energía utilizada (metabolismo) y la ingesta de alimentos de algunas mujeres embarazadas mediante el uso de sensores móviles sofisticados. Y así se pudo notar que ganaron una media de 10,8 kilogramos de peso durante su embarazo, siete de los cuales era grasa que se acumuló principalmente entre el primer y el segundo trimestre.
Recordemos que los depósitos de grasas son de gran importancia durante la gestación porque ayudan al abastecimiento de energía para el crecimiento del feto y durante la lactancia, especialmente en las primeras seis semanas después del alumbramiento.
Cuida tu peso
Por otro lado, un exceso de peso durante el embarazo puede traer complicaciones como la diabetes, la preeclampsia y una mayor predisposición a enfermedades cardíacas en el bebé, indicó el estudio. Sin embargo, la acumulación de grasa ocurrió sin que ingirieran más alimentos de lo habitual, a pesar de que su demanda de energía diaria aumentó en un 8 por ciento.
En promedio, una persona consume 1.500 calorías diarias, y en el embarazo la sugerencia es dar al cuerpo de 300 a 400 calorías adicionales, lo que no implica que la madre coma de manera descontrolada.
Lo que quiere decir es que, si la gestante tiene una condición física adecuada, debe subir como máximo 12 kilos en todo el embarazo; cuando hay desnutrición, se sugiere incrementar entre 15 y 16 kilos; pero si tiene sobrepeso, solo 8 kilos (lo más indicado es una dieta de reducción de peso antes de embarazarse o un plan de alimentación para los 9 meses de gestación).
En esta etapa, además de nutrir a la madre, se busca favorecer el crecimiento del pequeño, ya que se están formando sus órganos, el cuerpo y el cerebro. Para obtener los nutrientes necesarios, la madre debe consumir ácido fólico, hierro, vitamina A, vitamina E y ácidos grasos esenciales.
En la gestación, las mujeres necesitan más proteínas para aumentar su energía. Claudia Angarita, nutricionista, afirma que “el nivel de proteínas de una embarazada con respecto a una persona que no lo está aumenta 0,5 gramos por kilo”.
Qué debes comer
Los lácteos brindan calcio y vitamina E, pero para las gestantes con sobrepeso se sugiere la ingesta de leche baja en grasa. Lo indicado es, una o dos veces por semana, fríjol, lenteja y garbanzo, excelentes fuentes de proteínas. También se sugiere el pescado fresco y el cerdo.
Érika Tovar González, nutricionista y dietista, y magíster en salud pública, dice que algunos alimentos esenciales para la gestante son la carne, el pollo, el pescado y los huevos, que contienen proteínas y favorecen el sistema inmune de la madre y del niño. Estos alimentos también son gran fuente de hierro.
El pescado aporta omega 3 y 6, primordiales para el desarrollo del feto, y “se debe comer al menos una vez a la semana; no todos los días porque hay una limitante con ciertos contaminantes presentes en el agua”, indicó.
A su vez, consuma dos porciones de fruta entera al día, sin contar el jugo, ya que aportan al organismo vitamina A y ácido fólico. La ingesta de verduras también es importante porque son ricas en vitaminas y minerales, de estas dos porciones diarias son adecuadas, sobre todo las verdes, porque previenen la espina bífida en los niños.
Estos últimos alimentos son vitales, ya que contienen agua, vitaminas y minerales, además, aportan a los procesos metabólicos del organismo y dan fibra. En el desayuno coma panes, arepas o cereales integrales, alimentos calóricos, necesarios para subir la energía de la mamá y desarrollar el feto.
Las gestantes también se antojarán de las grasas, ya que son fundamentales para el desarrollo del feto y para los procesos metabólicos que se dan en la madre. Consuma omega 3, como el del aceite de oliva, ideal para las ensaladas, al igual que otros aceites vegetales que puede usar en la cocción de los alimentos.
Necesidades que varían
Los antojos son normales al comienzo del embarazo; sin embargo, las mamás deben moderarse al satisfacerlos. Por otro lado, ellas pierden peso por el vómito; en ese caso, cambie la comida para mejorar la nutrición y consuma pocas porciones de alimentos que nutran.
Un consejo útil: en la mañana, para disminuir las náuseas, coma algo salado antes de otro alimento; por ejemplo, galletas de soda o arepa. Las cinco comidas al día son indispensables, así vomite. Cuando esto pase, espere un tiempo y vuelva a comer para evitar la desnutrición.
En el último trimestre del embarazo es probable que la madre presente estreñimiento, y es ahí cuando la fibra es el alimento que alivia el malestar. Consumir frutas y todo tipo de verduras, junto con agua, ayuda a mejorar el tránsito intestinal. Evite harinas refinadas (galletas, roscones, panes) y consuma avena o pan integral, así lo impedirá.
La ganancia importante de peso ocurre en el último trimestre, cuando el feto está más grande y ocupa más espacio en el útero. Eso implica que la capacidad gástrica es muy pequeña, así que cuando come mucho se favorecen las agrieras, otra razón para dividir las porciones de comida.
Al término del embarazo las madres que no se han cuidado pueden padecer de obesidad, tensión alta, diabetes gestacional y eclampsia.
Finalmente, en ocasiones las embarazadas retienen líquidos, por eso deben consumir el suficiente para bajar la cantidad de sal de los alimentos. Lo ideal es tomar agua más que jugo.
Fuente: http://www.abcdelbebe.com/etapa/embarazo/primer-trimestre/nutricion/como-tener-una-dieta-balanceada-en-el-embarazo

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